lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi confirmación

Así es a mis 23 años me confirmaré, no por que lo quiera o lo desee, sino por culpa de unas fuerzas celestiales y otras terrenales que juntas conspiraron para que esta oveja descarriada fuera por el buen camino y vaya derechito al cielo sin pasar por algún paradero del purgatorio.

Explicaré ahora quienes son esas fuerzas, que hacen que vaya por 2 horas, los próximos 3 viernes a rezar y cantar con un montón de gente adulta que solo va por que se casará el mes siguiente.

Mi abuela tan católica, que ahora esta en el cielo, desnuda, comiendo frutas (esa es mi idea del cielo) seguro se unió con la fuerza terrenal (que ya explicaré mas adelante de quién se trata) para que vaya a "la confirma" a orar y sea agradecida por todo lo bueno que estoy viviendo y por la salud que mi familia entera goza; y planeó todo para que ese día llegue tarde a mis clases de la universidad, haciendo que haya tráfico por avenidas poco transitadas, al llegar tarde era obvio que me regresaría a mi casa antes de las 7:00 pm llegando casi puntual a la cita que no quería ir...Aquí entra la fuerza terrenal que casi de las orejas me esta llevando a que me confirme, mi vecina, una señora de avanzada edad, argentina ella, que siempre huele riquisimo, perfumando para suerte mía todo el edificio, me preguntó un día en que le abrí la puerta si es que me había confirmado.- a lo que yo respondí: No, no he tenido tiempo, me excuse (no se por que no pude decir una mentira piadosa, si sabia lo que ya venía) entonces me dijo que el sacerdote dio un anuncio el domingo que estuvo en misa, diciendo que las personas adultas que no se han confirmado podrían inscribirse hasta el viernes 7 y que se le había venido a la mente mi imagen, sin saber por qué (cosa muy rara), el asunto es que sin querer le dije que el viernes 7 a las 7 estaría lista para ir, era obvio que la cancelaría e inventaria algún fortísimo dolor de cabeza para no salir de mi casa pero como conté al comienzo regresaba de la universidad, yo rogaba por no cruzarmela, subí despacito, casi sin respirar, cuando de pronto siento su perfume inconfundible, volteo y era ella que estaba cual guachiman esperándome, no pude decirle ninguna invención o pretexto y nos fuimos directo a la iglesia, no había escapatoria y ella me inscribió con su puño y letra, como para que yo no ponga ningún dato falso (no sé como leyó mi mente).

Esas fuerzas hicieron que asista a la confirmación y así lo haré, ya es hora de amistarme con Dios, hacer las pases, le pediré perdón por la mil veces que cuestioné sus designios, agradeceré por darme paz de nuevo y hacerme comprender que tenia que llevarse a mi abuela a un lugar mas lindo donde ella esté feliz.
Dato:
Mi abuela falleció un día 7 a las 7.

Alejandra.

1 comentario:

evargas dijo...

Siempre es bueno amistarse con Dios